El EGO
Tu ego es tu mente consciente, la parte de tu identidad que consideras tú “yo”. El “yo” o ego de una persona hace referencia al “personaje” que hemos creado sobre nosotros mismos y hemos interiorizado como la imagen que nos representa, el ser que creemos que somos. El ego es el resultado de la suma, combinación, estructuración y elaboración de desde la gestación, durante toda la infancia hasta la adolescencia y de nuestra interpretación de ellas.
El ego es una entidad psíquica que construimos para transitar nuestros días a lo largo de nuestra vida. Se trata de la construcción de una serie de mecanismos de actuación que nos permiten expresarnos y adaptarnos a este mundo y que son creados a partir del momento en el que no le es permitido a nuestro Ser esencial manifestarse tal y como necesita.
Cómo se desarrolla el EGO
Al inicio de su vida los niños sienten impulsos que les llevan a actuar con la intención de satisfacer sus necesidades. Pero cuando dichas necesidades no son cubiertas sufren una gran ansiedad y dolor. Si la situación se repite ante la misma necesidad, el bebé o niño realiza una asociación entre su impulso/necesidad y la respuesta recibida concluyendo cierta idea/sensación que interioriza como creencia sobre él mismo y lo que merece de los demás (constituyéndose como superyó o conciencia moral).
Re-vivir esta situación le produce dolor pero, con todo, sigue sintiendo ese impulso/necesidad. Como no puede satisfacer directa y sanamente esta necesidad, buscará una solución alternativa que vendrá determinada por la creencia interiorizada sobre la situación (el superyó). El resultado de todo ello será la creación de determinado “mecanismo de defensa” que le permitirá sobrellevar sin tanto dolor ese impulso.
¿Cómo podemos reconocer al ego?
- Basta con escucharnos internamente y detectar aquellas conductas que siempre nos hacen sentir mal incluso cuando la conducta está dañando a otra persona, esto implica que la conducta está dirigida por el ego.
- identificar conductas egoicas siempre suponen la contracción de alguna parte del cuerpo (respiración, ojos, mandíbulas, tórax, abdomen, cervicales, etc.). Los trabajos corporales son una gran ayuda para detectar nuestras zonas contraídas.
- Observar qué parte de nosotros genera dicha conducta. Cuando esta viene motivada por nuestro ego, viene dirigida por pensamientos negativos (de miedo, desconfianza, rencor, etc.) o por emociones negativas (ira, tristeza, ansiedad, júbilo descontrolado, etc.).
Algunos ejemplos de conductas egoicas serían las siguientes:
Dominante y manipulador: las personas con estas conductas controlan las situaciones para sentirse seguras. Aquí puedes ver más información sobre las personas manipuladoras.
Agresivo-defensivo: personas desconfiadas que siempre ven lo negativo de las situaciones y se defienden atacando.
Huidizo-evitativo: personas que evitan afrontar ciertas situaciones para no afrontar el malestar que les supone.
Miedoso-asustadizo: personas igualmente desconfiadas cuya respuesta ante determinados aspectos es el miedo, la paralización y la contracción.
Sabelotodo: saber de todo, o creerlo, le aporta la seguridad que necesita. En este artículo hablamos sobre personas arrogantes y soberbias.
Orgulloso: es incapaz de reconocer cuando se ha equivocado.
Acaparador: su conducta siempre va dirigida a ser el centro de atención.
Diferencias entre el ego y el ser
Teniendo claro lo que es el ego, podemos diferenciarlo de lo que es el SER o manifestación auténtica de la persona, que se encuentra más allá de las conductas egoícas.
La expresión más clara de nuestro Ser auténtico es cuando elegimos desde el amor honesto, generoso que no busca reconocimiento. A diferencia del ego, el Ser auténtico es el reflejo directo de nuestra alma. Es bondadoso, sincero, bienintencionado, cordial, alegre, pacífico, fraternal, etc. El Ser manifiesta los valores reales e inherentes al ser humano que son vulnerados como consecuencia de la construcción del ego.
Sin embargo, con el paso de los años, el condicionamiento externo que vivimos a través de nuestras experiencias va creando nuestro ego y empezamos a manifestarnos a través de este personaje como modo de sobrevivir y obtener lo que necesitamos en este mundo.
Cómo eliminar el ego de una persona
Para eliminar el ego será necesario la “catarsis” o limpieza interior que nos permitirá re-conectarnos con nuestro Ser esencial, la manifestación real de nosotros mismos.
Los pasos para llevar a cabo este proceso de catarsis serán:
- Realizar un proceso de introspección para detectar qué mecanismos de defensa actúan en nosotros. En este artículo encontrarás cómo hacer un ejercicio de introspección.
- Buscar los orígenes que ocasionaron la constitución de dichos mecanismos.
- Re-vivir aquella situación y ser contenidos emocionalmente tal y como necesitamos en ese momento.
- Re-construir esa situación desde el momento presente, diferenciando las verdades de las mentiras que acontecieron en ese momento.
- Iniciar un proceso de prohibición y rechazo de la mentiras que sostuvieron los mecanismos de defensa, fortaleciendo las bondades de nuestro ser puro y auténtico.
- Mantenernos activos, firmes y alerta en este discernimiento para no permitir que, ante momentos de debilidad y fragilidad, vuelvan a instaurarse aquellas viejas quimeras.
La manifestación de nuestro ser esencial es un proceso que no debería ser interrumpido desde la infancia. No obstante, teniendo en cuenta el sistema social en el que nos encontramos, resulta complicado por las interferencias y obstáculos que se dan al maternar/paternar/educar. Resulta, por tanto, necesario realizar el proceso de purificación personal interior para, al liberarnos poco a poco de nuestro personaje, manifestarnos finalmente como los seres bondadosos y fraternales que somos. Únicamente de este modo podremos mejorar y cambiar el mundo.
https://vimeo.com/578205087